Una revolución urbana por el clima y por la gente

El País

2018 ha comenzado corroborando de nuevo la devastadora aceleración reciente del cambio climático: 2017 ha sido el segundo año más caluroso de la historia, el primero en España. Pero también, el nuevo año nos muestra con más nitidez que nunca el camino hacia delante. Nueva York redefinía la vanguardia de las redes de ciudades por el clima desinvirtiendo los 5.000 millones de dólares de su fondo público de pensiones de cualquier traza de combustibles fósiles, y reclamando judicialmente la parte correspondiente del descomunal coste de adaptación climática de la Gran Manzana a las mayores compañías petroleras y gasísticas, responsables en gran medida del problema. Jacinda Ardern, la primera ministra de Nueva Zelanda, encaminaba a su pueblo hacia un destino mejor, remplazando el PIB por más adecuados indicadores de bienestar holístico. El Parlamento Europeo votaba en contra del impuesto al sol, preparando el terreno para una revolución sin parangón de las energías renovables distribuidas en España, y en el mundo donde para 2020 se erigirán con solidez como las fuentes más baratas.

Más información